La conservación de alimentos en frío una de las técnicas de conservación de alimentos más antigua que existe.
En pescados y mariscos, es una técnica muy habitual que no disminuye en nada su calidad, sino que muchas veces garantiza la salubridad y conservación de los mismos.
Las primera crónicas sobre almacenes de hielo data de China del SIX AC. Desde ese momento se sabe que los hombres han utilizado frío tanto para la conservación de los alimentos, como para su ingestión.
Sorbetes, helados o mismo piedras de hielo para enfriar las bebidas nos acompañan desde hace siglos. Ya Marco Polo nos contaba que en China se elaboraban helados que se vendían por las calle y que se fue extendiendo la tradición a lo largo de Asia, Persia, Grecia y Roma.
Durante toda la Edad Media se usaron las hieleras de forma cotidiano y ya en el SXVI se consolida la industria del hielo al descubrirse el nitrato de etilo, producto que unido al hielo produce bajísimas temperaturas.
El frío es un elemento definitivo para limitar el crecimiento bacteriano. A temperaturas frías, las bacterias no pueden crecer, desarrollarse y multiplicarse en el alimento. Pero es importante recalcar que la refrigeración o la congelación no implican la muerte de la totalidad de los microbios porque tras la descongelación, tanto las bacterias existentes como las esporas que haya producido podrían reactivarse.
Las esporas son una forma de reproducción bacteriana y pueden germinar -como una semilla- cuando encuentran un medio propicio, en este caso cuando el alimento se descongela.
Los alimentos congelados son una opción tan buena como los frescos, sobre todo para productos que tienen su origen en otros continentes o países ( Vieiras del pacífico, camarón, gambón argentino…) sobre todo porque se congelan inmediatamente manteniendo la calidad del primer día hasta que llegan a casa de los consumidores finales.
¿Cómo congelar y descongelar alimentos de la forma correcta?
- Para ser congelado, el alimento debe estar fresco. Por eso TODOS nuestros productos congelados, se congelan en origen.
- Para ser congelado, el alimento debe estar limpio, preferiblemente cortado si su uso lo requiere.
- Mantener siempre la cadena de frío: si el alimento es refrigerado, de 0-4 ºC y un máximo de -18º C para los congelados.
- Siempre descongelar en el frigorífico a temperaturas de refrigeración de 0 a 4 ºC. Solemos descongelar los alimentos fuera de la nevera y eso es un GRAN ERROR.
- Es muy importante no volver a congelar un alimento previamente descongelado. Os ponemos un VIDEO muy interesante sobre los riesgos de la DOBLE CONGELACIÓN.
- No congelar nunca alimentos no frescos o a punto de caducar.
- Hay que tener mucho cuidado, ya que hay alimentos más susceptibles de contaminarse sobre todo derivados de la leche, alimentos hechos con huevos, carnes ya picadas o troceadas, pescado y mariscos.
Para no dudar a la hora de la congelación y si el alimento no se va a consumir en las próximas horas, recomendamos comprarlo ya directamente congelado, para garantizar su buen estado y óptima calidad.
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